Por eso he dejado pasar unas cuantas horas para que se me pase el calentón.
Vaya por delante que pienso que tienen un trabajo de lo más complicado. Más aún si tienen en la banda un entrenador follonero, como puede ser mi caso. Pero es que últimamente, a pesar de hacer propósito de enmienda antes de ir al pabellón y de empezar sentado para autocontrolarme, acabo levantándome a protestar.
Por supuesto que intento bajar el tono de mis quejas o sugerencias, pero al final, eso de que me amenacen con echarme a las primeras de cambio me irrita bastante.

Vayamos por partes y por orden cronológico:
El sábado por la mañana mis cadetes se enfrentaban al Jairis de Salva Costa. En un momento dado del primer cuarto, minuto 8 aproximadamente, uno de mis jugadores, a caballo sobre la línea de medio campo decide pasar el balón atrás. Uno de los árbitros, un chico muy joven, pita campo atrás. Yo, que llevaba sentado desde el principio del partido, me levanto a decirle que esa norma, según nos explicó Miguelo Velasco a los alumnos del curso de grado 2 del verano pasado, ha cambiado, y que hasta que no pasa el jugador con el balón completamente no se considera que está en campo delantero. Me dirijo al otro árbitro, más veterano para que al menos me escuche, cosa que hace, poniendo cara de que lo que yo le decía le cuadraba bastante.
El entrenador visitante, Salva Costa, demostrando que además de buen entrenador es un señor, se dirige a los árbitros diciendo que llevo razón y que el balón debería ser para nosotros porque no existe el campo atrás.
Pero claro, el chico que había pitado no se iba a retractar, y en ese momento se saca de la manga que mi jugador había levantado la pierna que estaba en campo trasero, cosa que no habíamos visto ninguno de los entrenadores, ni el otro árbitro que se calló para no desdecir a un compañero.
Le digo que no pasa nada por reconocer que uno se ha equivocado y cambiar algo que le están diciendo que ha hecho mal. Y en esas que me vuelvo a mi banquillo.
Acto seguido, y esto es lo que de verdad me irrita, el chico cruza la pista corriendo para venir a decirme que a la próxima protesta me pita técnica y a la siguiente me echa.
Y claro, que un chaval no quiera escuchar y no respete a un entrenador que ya jugaba antes de que el naciera, y que tenía su primer titulo de entrenador antes de que viera su primer balón de baloncesto me chirría bastante.
Me pregunto el por qué de ese corporativismo que no permite a un colegiado corregir a un compañero si ve claramente que se ha equivocado. Para eso debería estar un arbitro veterano.
Para completar el día por la tarde tuvimos doble ración de caldo, pues el CMAAB tuvo a bien designar para nuestro partido senior a una pareja que casualmente "se equivocó" al escribir en el acta de nuestro partido en Archena cómo había empezado un rifi rafe entre ambos equipos, acusando a nuestros jugadores de ser los responsables cuando el video demostró que no era así.
Pues bien, nos enfrentábamos a UCAM MURCIA 97, un buen equipo, físicamente muy fuerte y que te exigen el máximo. Pero que comenten pasos muy a menudo, ya que mueven ambos pies en las fintas de tiro+ salida, e incluso mueven ambos pies para acomodarlos antes de un tiro.
Pues bien, le comento a ambos colegiados, con buenas formas, que por favor se fijen en eso. Pasan los minutos, pero siguen sin pitarlo, así que me reitero en mis protestas, a lo que empiezan a ponerme malas caras. Sigo protestando, pues sigue ocurriendo, a lo que uno de los árbitros me contesta que quién pita es él, no yo.
A partir de ahí la cosa fue a mayores, imaginen. Ante cualquier fuera dudosa el balón era para el rival.
Al final del partido me acerco a comentarles que le hacen un flaco favor a los chavales, pues si no les pitan los pasos en los partidos no van a trabajar entre semana para mejorarlo.
Lo más gracioso es que otros entrenadores con los que he hablado me comentan que con ellos fue exactamente igual.
Por supuesto que ninguno de los arbitrajes que hemos tenido este fin de semana ha influido en el resultado de ninguno de los partidos, pero pienso que dirigiéndose a un entrenador con la amenaza siempre por delante no van a mejorar nunca las relaciones. Al fin y al cabo todos somos parte del juego.
Quizás, si desde el CMAAB se promovieran charlas técnicas a las que acudieran árbitros, entrenadores y jugadores, para ver situaciones que se pueden dar, explicar el reglamento, etc.., todos tendríamos un mejor conocimiento de las normas y lo veríamos de otro modo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario