domingo, 8 de marzo de 2015

CÁLLESE O LE PITO TÉCNICA

Un fin de semana de lo más completito ha tenido un servidor en lo que a  enfrentamientos con el estamento arbitral se refiere.
Por eso he dejado pasar unas cuantas horas para que se me pase el calentón.

Vaya por delante que pienso que tienen un trabajo de lo más complicado. Más aún si tienen en la banda un entrenador follonero, como puede ser mi caso. Pero es que últimamente, a pesar de hacer propósito de enmienda antes de ir al pabellón y de empezar sentado para autocontrolarme, acabo levantándome a protestar.

Por supuesto que intento bajar el tono de mis quejas o sugerencias, pero al final, eso de que me amenacen con echarme a las primeras de cambio me irrita bastante.

Vayamos por partes y por orden cronológico:
El sábado por la mañana mis cadetes se enfrentaban al Jairis de Salva Costa. En un momento dado del primer cuarto, minuto 8 aproximadamente, uno de mis jugadores, a caballo sobre la línea de medio campo decide pasar el balón atrás. Uno de los árbitros, un chico muy joven, pita campo atrás. Yo, que llevaba sentado desde el principio del partido, me levanto a decirle que esa norma, según nos explicó Miguelo Velasco a los alumnos del curso de grado 2 del verano pasado, ha cambiado, y que hasta que no pasa el jugador con el balón completamente no se considera que está en campo delantero. Me dirijo al otro árbitro, más veterano para que al menos me escuche, cosa que hace, poniendo cara de que lo que yo le decía le cuadraba bastante.
El entrenador visitante, Salva Costa, demostrando que además de buen entrenador es un señor, se dirige a los árbitros diciendo que llevo razón y que el balón debería ser para nosotros porque no existe el campo atrás.
Pero claro, el chico que había pitado no se iba a retractar, y en ese momento se saca de la manga que mi jugador había levantado la pierna que estaba en campo trasero, cosa que no habíamos visto ninguno de los entrenadores, ni el otro árbitro que se calló para no desdecir a un compañero.
Le digo que no pasa nada por reconocer que uno se ha equivocado y cambiar algo que le están diciendo que ha hecho mal. Y en esas que me vuelvo a mi banquillo.
Acto seguido, y esto es lo que de verdad me irrita, el chico cruza la pista corriendo para venir a decirme que a la próxima protesta me pita técnica y a la siguiente me echa.

Y claro, que un chaval no quiera escuchar y no respete a un entrenador que ya jugaba antes de que el naciera, y que tenía su primer titulo de entrenador antes de que viera su primer balón de baloncesto me chirría bastante.
Me pregunto el por qué de ese corporativismo que no permite  a un colegiado corregir a un compañero si ve claramente que se ha equivocado. Para eso debería estar un arbitro veterano.

Para completar el día por la tarde tuvimos doble ración de caldo, pues el CMAAB tuvo a bien designar para nuestro partido senior a una pareja que casualmente "se equivocó" al escribir en el acta de nuestro partido en Archena cómo había empezado un rifi rafe entre ambos equipos, acusando a nuestros jugadores de ser los responsables cuando el video demostró que no era así.

Pues bien, nos enfrentábamos a UCAM MURCIA 97, un buen equipo, físicamente muy fuerte y que te exigen el máximo. Pero que comenten pasos muy a menudo, ya que mueven ambos pies en las fintas de tiro+ salida, e incluso mueven ambos pies para acomodarlos antes de un tiro.

Pues bien, le comento a ambos colegiados, con buenas formas, que por favor se fijen en eso. Pasan los minutos, pero siguen sin pitarlo, así que me reitero en mis protestas, a lo que empiezan a ponerme malas caras. Sigo protestando, pues sigue ocurriendo, a lo que uno de los árbitros me contesta que quién pita es él, no yo.
A partir de ahí la cosa fue a mayores, imaginen. Ante cualquier fuera dudosa el balón era para el rival.
Al final del partido me acerco a comentarles que le hacen un flaco favor a los chavales, pues si no les pitan los pasos en los partidos no van a trabajar entre semana para mejorarlo.
Lo más gracioso es que otros entrenadores con los que he hablado me comentan que con ellos fue exactamente igual.

Por supuesto que ninguno de los arbitrajes que hemos tenido este fin de semana ha influido en el resultado de ninguno de los partidos, pero pienso que dirigiéndose a un entrenador con la amenaza siempre por delante no van a mejorar nunca las relaciones. Al fin y al cabo todos somos parte del juego.

Quizás, si desde el CMAAB se promovieran charlas técnicas a las que acudieran árbitros, entrenadores y jugadores, para ver situaciones que se pueden dar, explicar el reglamento, etc.., todos tendríamos un mejor conocimiento de las normas y lo veríamos de otro modo.

sábado, 1 de noviembre de 2014

LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE

Es lo más normal del mundo, parece ser, que los entrenadores cuando hablamos entre nosotros sobre los resultados de los partidos jugados usemos términos del tipo "HE GANADO" o "HE PERDIDO".




Yo, lo reconozco, soy un pardillo y relativamente novato en eso de andar con la pizarra haciendo dibujitos. Aunque hace muchos años que entreno a chavales, mientras jugaba en senior, esta es mi segunda temporada como entrenador en exclusiva.

Y no lo puedo evitar, ese lenguaje me chirría bastante. Por una pura cuestión de coherencia. Vamos a ver, la mayoría de nosotros, los entrenadores, nos pasamos el día hablando de las bondades del EQUIPO, de lo importante que es dejar los egos y las individualidades a un lado en beneficio del colectivo, para luego ir por ahí diciendo "he ganado a tal", como si de una partida de play station se tratase, en la que todo el mérito de la victoria es del que menos corre del equipo.

Si los jugadores son parte del equipo, el entrenador no lo es menos, ni más. Incluso el delegado, el utillero, el directivo o el aficionado que apoya al equipo son parte del éxito. O del fracaso.



Cuando se gana, ganan todos los componentes del equipo, igual que cuando se pierde pierden todos.
Por eso abogo humildemente por que hagamos un mejor uso del lenguaje, y que cuando hablemos de los logros de nuestro equipo lo hagamos con el HEMOS GANADO.
No por ello seremos menos buenos como entrenadores. Al fin y al cabo el éxito del equipo es el nuestro propio.

Hoy, como día de los muertos que es en latinoaméria os dejo esta canción de La Pulquería, un grupo de ska-rock con grandes influencias mexicanas, que son de Valencia, aunque bien podrían ser de la mismísima Sinaloa.


domingo, 19 de octubre de 2014

MARIPOSAS EN EL ESTÓMAGO

Lo reconozco, estoy enfermo. Estoy enfermo de baloncestitis. No lo puedo evitar. Me apasiona.

Y, a estas alturas de la vida, con 38 recién cumplidos, sigo teniendo esa sensación de el estómago lleno de mariposas que no paran de revolotear. No se si esto será bueno o malo, aunque una vez escuché a Eduard Punset decir que el estrés es lo que nos mantiene vivos y nos hace estar alerta.
Esa sensación la he tenido desde el primer partido que jugué federado, allá por los finales de los 80, en el entonces Pabellón Municipal de Deportes a las ordenes de Prudencio Alcaraz, que sin duda es el hombre que más ha hecho por el baloncesto en Totana, y gracias al cuál estoy un domingo a las 11 de la noche escribiendo sobre mis vivencias en este bendito deporte. Y es que, esa sensación me ha acompañado hasta mi último partido como jugador, con 36 años y entrado en carnes, pero loco por meter la pelotita en el aro.

Y como no, ya como entrenador, esa sensación no me ha abandonado.
El pasado fin de semana empezamos lo que para todos los miembros del Cb Totana, y en especial para los del equipo senior, la aventura de la 1ª división masculina. Lo que para unos es la antigua 1ª Nacional y para otros la antigua 1ª autonómica. que cada cuál elija la que más le convenga.
Pues, como decía, que empezamos la liga visitando a Eliocroca en Lorca. Háganse cargo. Primer partido y derbi comarcal, con aquello de las rivalidades entre vecinos y tal. Aunque un servidor ha de reconocer que no solo tenía enfrente a algunos amigos, sino que tenía a un, me atrevería a decir, mito del baloncesto regional como es Tano Caro. Un tío admirable. Pues bien, yo estaba con un retortijón, con perdón, por los nervios, que me venía ya de la noche anterior.
Por supuesto, una vez que uno se pone en faena las mariposas desaparecen como por arte de magia. Y las preocupaciones por cambios defensivos, pases extra y demás, no te dejan pensar en otra cosa.
Espero que esta sensación me siga acompañando el resto de mi vida, pues será señal de que sigo enamorado de este deporte.
 Para despedirme tendré que poner un poquito de música. Pongo la B.S.O. de Space Jam, que a mi hijo le encanta, y es que para un niño de 5 años tan loco como su padre por meter triples no hay una peli mejor que una que mezcla baloncesto y dibujos animados. Hasta más ver amigos.